La Biblia Reina Valera

Lucas 13

Lucas

Indice

Capítulo 14

1


 

  Y ACONTECIO que entrando en casa de un príncipe de los Fariseos un sábado á comer pan, ellos le acechaban.  

 

 

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2


 

  Y he aquí un hombre hidrópico estaba delante de él.  

 

 

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3


 

  Y respondiendo Jesús, habló á los doctores de la ley y á los Fariseos, diciendo: ¿Es lícito sanar en sábado?  

 

 

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4


 

  Y ellos callaron. Entonces él tomándole, le sanó, y despidióle.  

 

 

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5


 

  Y respondiendo á ellos dijo: ¿El asno ó el buey de cuál de vosotros caerá en algún pozo, y no lo sacará luego en día de sábado?  

 

 

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6


 

  Y no le podían replicar á estas cosas.  

 

 

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7


 

  Y observando cómo escogían los primeros asientos á la mesa, propuso una parábola á los convidados, diciéndoles:  

 

 

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8


 

  Cuando fueres convidado de alguno á bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro más honrado que tú esté por él convidado,  

 

 

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9


 

  Y viniendo el que te llamó á ti y á él, te diga: Da lugar á éste: y entonces comiences con vergüenza á tener el lugar último.  

 

 

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10


 

  Mas cuando fueres convidado, ve, y siéntate en el postrer lugar; porque cuando viniere el que te llamó, te diga: Amigo, sube arriba: entonces tendrás gloria delante de los que juntamente se asientan á la mesa.  

 

 

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11


 

  Porque cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado.  

 

 

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12


 

  Y dijo también al que le había convidado: Cuando haces comida ó cena, no llames á tus amigos, ni á tus hermanos, ni á tus parientes, ni á vecinos ricos; porque también ellos no te vuelvan á convidar, y te sea hecha compensación.  

 

 

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13


 

  Mas cuando haces banquete, llama á los pobres, los mancos, los cojos, los ciegos;  

 

 

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14


 

  Y serás bienaventurado; porque no te pueden retribuir; mas te será recompensado en la resurrección de los justos.  

 

 

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15


 

  Y oyendo esto uno de los que juntamente estaban sentados á la mesa, le dijo: Bienaventurado el que comerá pan en el reino de los cielos.  

 

 

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16


 

  El entonces le dijo: Un hombre hizo una grande cena, y convido á muchos.  

 

 

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17


 

  Y á la hora de la cena envió á su siervo á decir á los convidados: Venid, que ya está todo aparejado.  

 

 

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18


 

  Y comenzaron todos á una á excusarse. El primero le dijo: He comprado una hacienda, y necesito salir y verla; te ruego que me des por excusado.  

 

 

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19


 

  Y el otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy á probarlos; ruégote que me des por excusado.  

 

 

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20


 

  Y el otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir.  

 

 

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21


 

  Y vuelto el siervo, hizo saber estas cosas á su señor. Entonces enojado el padre de la familia, dijo á su siervo: Ve presto por las plazas y por las calles de la ciudad, y mete acá los pobres, los mancos, y cojos, y ciegos.  

 

 

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22


 

  Y dijo el siervo: Señor, hecho es como mandaste, y aun hay lugar.  

 

 

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23


 

  Y dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérza los á entrar, para que se llene mi casa.  

 

 

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24


 

  Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron llamados, gustará mi cena.  

 

 

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25


 

  Y muchas gentes iban con él; y volviéndose les dijo:  

 

 

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26


 

  Si alguno viene á mí, y no aborrece á su padre, y madre, y mujer, é hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su vida, no puede ser mi discípulo.  

 

 

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27


 

  Y cualquiera que no trae su cruz, y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.  

 

 

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28


 

  Porque ¿cuál de vosotros, queriendo edificar una torre, no cuenta primero sentado los gastos, si tiene lo que necesita para acabarla?  

 

 

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29


 

  Porque después que haya puesto el fundamento, y no pueda acabarla, todos los que lo vieren, no comiencen á hacer burla de él,  

 

 

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30


 

  Diciendo: Este hombre comenzó á edificar, y no pudo acabar.  

 

 

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31


 

  ¿O cuál rey, habiendo de ir á hacer guerra contra otro rey, sentándose primero no consulta si puede salir al encuentro con diez mil al que viene contra él con veinte mil?  

 

 

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32


 

  De otra manera, cuando aun el otro está lejos, le ruega por la paz, enviándo le embajada.  

 

 

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33


 

  Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncia á todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo.  

 

 

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34


 

  Buena es la sal; mas si aun la sal fuere desvanecida, ¿con qué se adobará?  

 

 

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35


 

  Ni para la tierra, ni para el muladar es buena; fuera la arrojan. Quien tiene oídos para oir, oiga.  

 

 

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Lucas 15

 

 

 

 

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