La Biblia Reina Valera

Lucas 23

Lucas

Indice

Capítulo 24

1


 

  Y EL primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las drogas aromáticas que habían aparejado, y algunas otras mujeres con ellas.  

 

 

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2


 

  Y hallaron la piedra revuelta del sepulcro.  

 

 

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3


 

  Y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.  

 

 

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4


 

  Y aconteció, que estando ellas espantadas de esto, he aquí se pararon junto á ellas dos varones con vestiduras resplandecientes;  

 

 

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5


 

  Y como tuviesen ellas temor, y bajasen el rostro á tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?  

 

 

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6


 

  No está aquí, mas ha resucitado: acordaos de lo que os habló, cuando aun estaba en Galilea,  

 

 

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7


 

  Diciendo: Es menester que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.  

 

 

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8


 

  Entonces ellas se acordaron de sus palabras,  

 

 

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9


 

  Y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas á los once, y á todos los demás.  

 

 

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10


 

  Y eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, las que dijeron estas cosas á los apóstoles.  

 

 

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11


 

  Mas á ellos les parecían como locura las palabras de ellas, y no las creyeron.  

 

 

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12


 

  Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro: y como miró dentro, vió solos los lienzos echados; y se fué maravillándose de lo que había sucedido.  

 

 

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13


 

  Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día á una aldea que estaba de Jerusalem sesenta estadios, llamada Emmaús.  

 

 

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14


 

  E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acaecido.  

 

 

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15


 

  Y aconteció que yendo hablando entre sí, y preguntándose el uno al otro, el mismo Jesús se llegó, é iba con ellos juntamente.  

 

 

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16


 

  Mas los ojos de ellos estaban embargados, para que no le conociesen.  

 

 

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17


 

  Y díjoles: ¿Qué pláticas son estas que tratáis entre vosotros andando, y estáis tristes?  

 

 

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18


 

  Y respondiendo el uno, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Tú sólo peregrino eres en Jerusalem, y no has sabido las cosas que en ella han acontecido estos días?  

 

 

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19


 

  Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús Nazareno, el cual fué varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;  

 

 

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20


 

  Y cómo le entregaron los príncipes de los sacerdotes y nuestros príncipes á condenación de muerte, y le crucificaron.  

 

 

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21


 

  Mas nosotros esperábamos que él era el que había de redimir á Israel: y ahora sobre todo esto, hoy es el tercer día que esto ha acontecido.  

 

 

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22


 

  Aunque también unas mujeres de los nuestros nos han espantado, las cuales antes del día fueron al sepulcro:  

 

 

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23


 

  Y no hallando su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, los cuales dijeron que él vive.  

 

 

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24


 

  Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho; más á él no le vieron.  

 

 

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25


 

  Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!  

 

 

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26


 

  ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?  

 

 

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27


 

  Y comenzando desde Moisés, y de todos los profetas, declarábales en todas las Escrituras lo que de él decían.  

 

 

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28


 

  Y llegaron á la aldea á donde iban: y él hizo como que iba más lejos.  

 

 

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29


 

  Mas ellos le detuvieron por fuerza, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró pues á estarse con ellos.  

 

 

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30


 

  Y aconteció, que estando sentado con ellos á la mesa, tomando el pan, bendijo, y partió, y dióles.  

 

 

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31


 

  Entonces fueron abiertos los ojos de ellos, y le conocieron; mas él se desapareció de los ojos de ellos.  

 

 

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32


 

  Y decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?  

 

 

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33


 

  Y levantándose en la misma hora, tornáronse á Jerusalem, y hallaron á los once reunidos, y á los que estaban con ellos.  

 

 

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34


 

  Que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido á Simón.  

 

 

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35


 

  Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo había sido conocido de ellos al partir el pan.  

 

 

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36


 

  Y entre tanto que ellos hablaban estas cosas, él se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz á vosotros.  

 

 

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37


 

  Entonces ellos espantados y asombrados, pensaban que veían espíritu.  

 

 

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38


 

  Mas él les dice: ¿Por qué estáis turbados, y suben pensamientos á vuestros corazones?  

 

 

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39


 

  Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy: palpad, y ved; que el espíritu ni tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.  

 

 

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40


 

  Y en diciendo esto, les mostró las manos y los pies.  

 

 

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41


 

  Y no creyéndolo aún ellos de gozo, y maravillados, díjoles: ¿Tenéis aquí algo de comer?  

 

 

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42


 

  Entonces ellos le presentaron parte de un pez asado, y un panal de miel.  

 

 

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43


 

  Y él tomó, y comió delante de ellos.  

 

 

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44


 

  Y él les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliesen todas las cosas que están escritas de mí en la ley de Moisés, y en los profetas, y en los salmos.  

 

 

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45


 

  Entonces les abrió el sentido, para que entendiesen las Escrituras;  

 

 

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46


 

  Y díjoles: Así está escrito, y así fué necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;  

 

 

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47


 

  Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando de Jerusalem.  

 

 

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48


 

  Y vosotros sois testigos de estas cosas.  

 

 

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49


 

  Y he aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros: mas vosotros asentad en la ciudad de Jerusalem, hasta que seáis investidos de potencia de lo alto.  

 

 

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50


 

  Y sacólos fuera hasta Bethania, y alzando sus manos, los bendijo.  

 

 

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51


 

  Y aconteció que bendiciéndolos, se fué de ellos; y era llevado arriba al cielo.  

 

 

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52


 

  Y ellos, después de haberle adorado, se volvieron á Jerusalem con gran gozo;  

 

 

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53


 

  Y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo á Dios. Amén.  

 

 

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Juan 1

 

 

 

 

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