La Biblia Reina Valera

Juan 4

Juan

Indice

Capítulo 5

1


 

  DESPUÉS de estas cosas, era un día de fiesta de los Judíos, y subió Jesús á Jerusalem.  

 

 

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2


 

  Y hay en Jerusalem á la puerta del ganado un estanque, que en hebraico es llamado Bethesda, el cual tiene cinco portales.  

 

 

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3


 

  En éstos yacía multitud de enfermos, ciegos, cojos, secos, que estaban esperando el movimiento del agua.  

 

 

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4


 

  Porque un ángel descendía á cierto tiempo al estanque, y revolvía el agua; y el que primero descendía en el estanque después del movimiento del agua, era sano de cualquier enfermedad que tuviese.  

 

 

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5


 

  Y estaba allí un hombre que había treinta y ocho años que estaba enfermo.  

 

 

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6


 

  Como Jesús vió á éste echado, y entendió que ya había mucho tiempo, dícele: ¿Quieres ser sano?  

 

 

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7


 

  Señor, le respondió el enfermo, no tengo hombre que me meta en el estánque cuando el agua fuere revuelta; porque entre tanto que yo vengo, otro antes de mí ha descendido.  

 

 

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8


 

  Dícele Jesús: Levántate, toma tu lecho, y anda.  

 

 

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9


 

  Y luego aquel hombre fué sano, y tomó su lecho, é íbase. Y era sábado aquel día.  

 

 

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10


 

  Entonces los Judíos decían á aquel que había sido sanado: Sábado es: no te es lícito llevar tu lecho.  

 

 

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11


 

  Respondióles: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.  

 

 

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12


 

  Preguntáronle entonces: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?  

 

 

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13


 

  Y el que había sido sanado, no sabía quién fuese; porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar.  

 

 

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14


 

  Después le halló Jesús en el templo, y díjole: He aquí, has sido sanado; no peques más, porque no te venga alguna cosa peor.  

 

 

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15


 

  El se fué, y dió aviso á los Judíos, que Jesús era el que le había sanado.  

 

 

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16


 

  Y por esta causa los Judíos perseguían á Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en sábado.  

 

 

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17


 

  Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora obra, y yo obro.  

 

 

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18


 

  Entonces, por tanto, más procuraban los Judíos matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también á su Padre llamaba Dios, haciéndose igual á Dios.  

 

 

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19


 

  Respondió entonces Jesús, y díjoles: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que viere hacer al Padre: porque todo lo que él hace, esto también hace el Hijo juntamente.  

 

 

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20


 

  Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que éstas le mostrará, de suerte que vosotros os maravilléis.  

 

 

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21


 

  Porque como el Padre levanta los muertos, y les da vida, así también el Hijo á los que quiere da vida.  

 

 

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22


 

  Porque el Padre á nadie juzga, mas todo el juicio dió al Hijo;  

 

 

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23


 

  Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.  

 

 

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24


 

  De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá á condenación, mas pasó de muerte á vida.  

 

 

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25


 

  De cierto, de cierto os digo: Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios: y los que oyeren vivirán.  

 

 

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26


 

  Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así dió también al Hijo que tuviese vida en sí mismo:  

 

 

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27


 

  Y también le dió poder de hacer juicio, en cuanto es el Hijo del hombre.  

 

 

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28


 

  No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;  

 

 

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29


 

  Y los que hicieron bien, saldrán á resurrección de vida; mas los que hicieron mal, á resurrección de condenación.  

 

 

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30


 

  No puedo yo de mí mismo hacer nada: como oigo, juzgo: y mi juicio es justo; porque no busco mi voluntad, mas la voluntad del que me envió, del Padre.  

 

 

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31


 

  Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero.  

 

 

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32


 

  Otro es el que da testimonio de mí; y sé que el testimonio que da de mí, es verdadero.  

 

 

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33


 

  Vosotros enviasteis á Juan, y él dió testimonio á la verdad.  

 

 

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34


 

  Empero yo no tomo el testimonio de hombre; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos.  

 

 

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35


 

  El era antorcha que ardía y alumbraba: y vosotros quisisteis recrearos por un poco á su luz.  

 

 

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36


 

  Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan: porque las obras que el Padre me dió que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me haya enviado.  

 

 

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37


 

  Y el que me envió, el Padre, él ha dado testimonio de mí. Ni nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su parecer.  

 

 

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38


 

  Ni tenéis su palabra permanente en vosotros; porque al que él envió, á éste vosotros no creéis.  

 

 

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39


 

  Escudriñad las Escrituras, porque á vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.  

 

 

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40


 

  Y no queréis venir á mí, para que tengáis vida.  

 

 

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41


 

  Gloria de los hombres no recibo.  

 

 

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42


 

  Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros.  

 

 

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43


 

  Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís: si otro viniere en su propio nombre, á aquél recibiréis.  

 

 

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44


 

  ¿Cómo podéis vosotros creer, pues tomáis la gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que de sólo Dios viene?  

 

 

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45


 

  No penséis que yo os tengo de acusar delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien vosotros esperáis.  

 

 

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46


 

  Porque si vosotros creyeseis á Moisés, creeríais á mí; porque de mí escribió él.  

 

 

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47


 

  Y si á sus escritos no creéis, ¿cómo creeréis á mis palabras?  

 

 

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Juan 6

 

 

 

 

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